Cuando se calienta el líquido de refrigeración no se pierde el exceso de refrigerante y tampoco después de parar el motor caliente, sino que se recoge en un depósito de expansión (imagen) y cuando se enfría retorna otra vez al sistema de refrigeración. A causa de esto pueden escapar burbujas de vapor del sistema de refrigeración, las que no suelen causar ningún daño. La bomba del refrigerante consume menos energía, porque no tiene que volver a succionar siempre de nuevo. Se evitan burbujas de vapor del refrigerante (cavitación) en el lado de succión. Lo más importante es la presión elevada que ejerce sobre el refrigerante, con la que es posible de alcanzar una temperatura de hasta 120° C sin que llegue a su punto de ebullición. El motor puede operar a una temperatura de funcionamiento más alta, lo que aumenta su eficiencia significativamente.

El depósito de expansión está sólo parcialmente lleno de refrigerante. El nivel de refrigerante debe estar con un motor frío entre las dos marcas de mínimo y máximo. El espacio por encima de la marca máxima se llena con refrigerante cuando el motor esta demasiado caliente. La presión del vapor creado se alivia sobre la válvula de alivio en el tape del depósito. Ahí también hay por regla una válvula dispuesta con el fin de suministrar aire cuando el líquido de refrigeración se enfría, para impedir que se cree un vacío en el sistema de refrigeración.