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 2005 Porsche Cayman
Hay que tener coraje o una imagen perfecta. A partir de un descapotable con motor central llamado Boxster se crea un coupé con unos
6000 euros más de coste, en lugar de menos, como suele ser habitual en un coupé frente al descapotable más elaborado.
Razón suficiente para pedir argumentos razonables para la compra. En una comparación directa, lo que más llama la atención es, por supuesto, la carrocería, que es mucho más rígida. El maletero trasero tiene ahora
una capacidad de 260 litros en lugar de 150. Con un frontal idéntico, el diseño de la parte trasera, con unos guardabarros casi provocativamente redondeados sobre las ruedas traseras, puede calificarse de acertado.
Pero con esto volvemos a estar más allá de lo razonable.
Ahora llama la atención el interior bastante estrecho, pero, al menos, en el descapotable se podía esperar la posibilidad de ampliarlo hasta el infinito. Ahora ya molestan los reposacabezas y el alerón trasero extensible
en el retrovisor. Aquí se ha construido un coche relativamente sin concesiones en torno a una propulsión con motor central. El centro de gravedad muy bajo también resulta ventajoso, por supuesto, en las curvas, donde
incluso la versión más débil del Cayman gana terreno frente a la competencia.
En comparación con la competencia, el Porsche es un coche algo más caro, lo que quizá compense con su buen valor de reventa. Esto se aplica tanto a la adquisición como al mantenimiento. Atrás quedaron los
tiempos en los que Porsche no solo fabricaba vehículos deportivos, sino también eficientes en cuanto a consumo. Hoy en día, a veces necesita un sorbo más que la competencia.
Una característica que Porsche ha conservado hasta hoy es la forma directa en que se comunica. Esto se aplica acústicamente al motor, que en el Cayman se encuentra justo detrás de los asientos delanteros. Sin
embargo, solo unas pocas personas consideran este sonido desagradable. Por eso, muchos aceleran mucho. Se puede obtener mucha información sobre el estado de la carretera a través de la dirección y la
suspensión. Con el centro de gravedad inusualmente bajo, aquí solo se necesita un pequeño efecto estabilizador para mantener bajo el ángulo de balanceo.
En este Porsche se tiene la sensación general de un acceso inmediato sin mucha regulación electrónica de por medio. El único elemento funcional que tiene un efecto relativamente indirecto son los cables de cambio,
algo que, en un motor central con la transmisión en la parte trasera, es obviamente inevitable.
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